Por fin ha llegado el día.
La cita ha merecido la pena ya que me parece que vamos a hacer una labor artística y social bastante importante. Para los abueletes la visita de esta tarde, aunque breve, les ha roto todos los esquemas de su monotonía diaria. Se han sentido importantes, como si fueran famosos (algunos, porque otros han pasado de nosotros y de la Madre Superiora olímpicamente) y eso es bueno, porque así ven que aún les importan a alguien.
Veremos la segunda parte del proyecto como sale.
Confío en vosotros/as.